martes, 20 de julio de 2010

Historia 4 Pablo alvarado



Alpine Meadows

Lake Tahoe USA (CA)

Marzo 2010

La historia de esta foto tiene directa relación con un episodio ocurrido el día anterior:

Un par de días antes había terminado una de las ultimas grandes tormentas de marzo en Lake Tahoe, por razones que no mencionaré ese día tuvimos una discusión con Javiera mi polola, por lo cual decidí por salud mental irme a andar solo, a eso de las 13:45 me senté en una de las pistas que tenia bosques de pinos por ambos lados, en la cual se apreciaba gran parte del centro de ski, por lo tanto el escenario era maravilloso, después de un par de minutos decidí ir al Lodge a comer, no sin antes pasar por entre 2 pinos al borde de dicho bosque, tomé velocidad en mi snowboard y al acercarme a los árboles un objeto café distrajo mi atención adivinan? a 5 metros de los árboles apareció un oso mutante de unos 2 metros de largo, el susto fue tal que todos los músculos se me contrajeron y un escalofrío me recorrió la espalda….resultado? azoté mi cara de lleno en uno de los pinos y reboté cayendo de espalda en la nieve, me acorde de mi familia, no les voy a mentir que me imaginé al oso comiéndome, (esos animalitos en marzo vienen saliendo de hibernación y tienen bastante hambre les diré) no se como me paré, la adrenalina corría a full, no quise mirar atrás ni nada lo único que pensaba era en arrancar de ahí, baje muy rápido! Muerto de miedo me toque la nariz que según yo me la había quebrado, sentía la cara mojada con sangre…una vez abajo mi amigo argentino Omar me reviso y me dijo: “Che no tenés nada” todo estaba bien, solo tenia un corte en la nariz hecho por el golpe con la antiparra, heridas en brazos y piernas, pero nada mas, lo que pensé que era sangre fue producto de la inercia y de mi resfriado jaja, todo se lo debía al casco, de no haberlo tenido puesto otro gallo cantaría. Después de eso me fui directo al bar, un whisky doble me bajó las revoluciones, besé a mi polola sin decirle nada, desde ese momento en adelante nada podía ser tan grave, había arrancado de un oso…que mas malo podría ocurrir! Al día siguiente ya se había corrido la voz y todos se reían de la situación, fuimos mi polola Javiera y mi amigo Matías a recorrer el sitio del suceso, estaban aun las marcas del choque en la nieve y la marca del árbol seguía en mi casco, al finalizar ese recorrido todo era relajo, improvisamos un trípode, pusimos los pools de los skies, los 6 guantes sobre ellos y colocamos la cámara, la foto salio muy buena, estábamos finalizando la experiencia mas increíble de nuestras vidas, todo era risa y alegría, no había motivo por el cual estar triste! Lo mas extraño fue que nunca supimos que ese fue nuestro ultimo día en la montaña y nuestra ultima foto, al día siguiente cerramos por tormenta y 2 días después estábamos en el aeropuerto de Reno de vuelta a Chile, las maletas esta vez algo mas pesadas, traíamos de vuelta algo mas que ropa…

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